Uno de los aspectos que encuentro más relevantes e interesantes en el abordaje de la Innovación Social, es que convoca, impulsa y hasta obliga a traspasar las fronteras entre los sectores público, privado y de la sociedad civil. Se reconoce, en este sentido, la indispensable participación de la más diversa variedad de actores para lograr responder a los complejos problemas colectivos que enfrentamos. 

La innovación social es un proceso de largo plazo. Se trata de responder a la complejidad de los problemas sociales, a la amplia gama de desafíos que enfrentamos colectivamente; la tarea no es sencilla o lineal, de modo que requiere ser abordada desde miradas y capacidades diversas, en fases progresivas de amplio espectro. 

No es posible entonces reducirla a un conjunto de pasos, o a una estructura predefinida. Debe mantenerse maleable y flexible en sus dinámicas y propuestas. Responde, sin embargo, a algunos principios esenciales:

  • Su punto de partida es un reto colectivo o problema social que, siendo percibido y experimentado por la sociedad en su conjunto (o una parte de esta), no tiene una respuesta unívoca y que esté completamente en manos del Estado o de la iniciativa del sector privado.
  • Ese asunto no puede ser atendido y resuelto con fórmulas aprendidas o a través de mecanismos preexistentes (aunque puede hacer uso de estos). Requiere, por lo tanto, soluciones inéditas y abordajes sin precedentes, en una dinámica donde el aprendizaje juega un papel central.
  • Exige amplios procesos de participación, con la interconexión de diversos sectores y el apoyo de múltiples fuentes para determinadas fases: identificación clara del problema y sus aristas, generación de propuestas de alternativas de solución, creación e implementación de prototipos, realización de pruebas y ajustes, escalabilidad de soluciones y evaluación.
  • En todo su desarrollo, requiere de la adecuada sistematización para la generación de aprendizajes organizacionales y sociales.
  • El proceso es tanto o más importante que el resultado, dado que se fortalece el tejido social y su capacidad de acción y respuesta.

En la innovación social (generalmente) es mucho más importando el proceso seguido para conseguir este objetivo y no el logro o no del objetivo. A menudo, son los nuevos procesos y protocolos aquello realmente transfomador o las nuevas miradas el que se constituye en un “motor” de la innovación (Brugué et. al., 2013, en Peña-López, 2014)

Un ejemplo de retos colectivos que requieren abordaje multisectorial y sobre todo el involucramiento de la ciudadanía, está en el fenómeno de la Movilidad Humana. Los desplazamientos de personas migrantes o que requieren protección internacional, son una tendencia creciente que se intensificará en las próximas décadas.

El tema tiene impactos sumamente diversos: la situación en los países de origen, de tránsito y de acogida, las dinámicas económicas y el acceso a servicios sociales, son solamente algunos de los aspectos a considerar.

Tenemos, además, lo concerniente a la protección de los derechos humanos de todas las personas (las que están en situación de movilidad humana y quienes se encuentran en las comunidades de origen, tránsito, acogida o retorno); las políticas públicas relativas a la recepción e integración de población migrante o con necesidad de protección internacional (según sea el caso); la reacción de la ciudadanía, que puede ser de solidaridad y apertura, o de rechazo y xenofobia; entre muchos otros aspectos.

Todo ello, además, está cargado de los imaginarios sociales relativos a la movilidad humana, el manejo de la agenda política de los gobernantes (con mayor intensidad de los aspirantes en tiempos electorales), el abordaje de los medios de comunicación, etc. 

Como puede verse, en un tema tan complejo como este, se requiere de abordajes y respuestas innovadoras, que involucren a todos los sectores y especialmente a la ciudadanía. Integrar a todas las personas, tanto a las que están en situación de movilidad humana como a las que no, en la búsqueda de alternativas a un asunto de tan amplias repercuciones, implica una dinámica de aprendizaje, estructuradora y fortalecedora del entramado de relaciones en una comunidad o colectivo.

Existen iniciativas que están dando un giro a los procesos de integración de población en condición de refugio, como la iniciativa TENT que en todo el mundo está generando alianzas entre el sector privado, la cooperación internacional y los grupos de refugiados para generar oportunidades de empleo y de emprendimiento, que beneficien a todos los sectores sociales y produzcan un impacto positivo que supere las estigmatizaciones y los imaginarios negativos en torno a las personas con necesidad de protección internacional. 

Colaboración a gran escala

La posibilidad de colaboración a gran escala ha sido una suerte de propuesta utópica buscada por quienes apuestan por la innovación social, pero se convirtió en una realidad ineludible cuando impactó en todo el mundo la COVID-19. 

Frente a un desafío de gran escala, con efectos tan complejos en todos los campos de la vida social, económica y política, no puede haber otra respuesta que la generada por la más amplia diversidad de miradas, tanto de las personas especialistas en los campos más duros de la ciencia, como en las áreas más movibles del imaginario social. Allí también está la ciudadanía en su conjunto, como actor esencial y participante base de los cambios que han sido tan necesarios para responder a la Pandemia.

La gama de respuestas ha sido amplia: desde Estados que han centralizado la toma de decisiones y han impuesto abordajes al resto de la sociedad; territorios en los cuáles los distintos sectores han entrado en conflicto y muchas veces ignorado a la ciudadanía; hasta propuestas más integradoras que han abierto las mayores posibilidades de participación para encontrar salidas a las crisis generadas.

Sobre esto último hablan Johanna Mair y Thomas Gegenhuber en su artículo sobre Innovación Social Abierta, haciendo referencia a una experiencia desarrollada en Alemania bajo el nombre #WirVsVirus («Nosotros versus el Virus»).

Necesitamos experimentar con una innovación social basada en la acción colectiva facilitada por la tecnología digital. Forjando alianzas, construyendo redes de múltiples partes interesadas, o adoptando formatos de impacto colectivo donde diversos actores -industrias, ONG y gobiernos- colaboran. (Mair & Gegenhuber, 2021)

Diversos actores sociales sumaron esfuerzos en esta experiencia alemana, para la implementación creativa de un conjunto de etapas de trabajo, con una amplia convocatoria (más de 130 equipos trabajando de manera paralela) para encontrar alternativas de solución a los problemas planteados por la Pandemia. 

Desde la propuesta de respuestas por parte de los grupos de  innovadores, pasando por su impacto en las políticas públicas y los requerimientos de financiamiento para prueba y escalabilidad, la globalidad del proceso fue considerada.

Se genera así una poderosa experiencia de alcances muy profundos, que además produce la transformación del propio sistema, donde incluso manteniéndose la especificidad de ciertos roles, se traspasan las barreras del hacer conocido para crear nuevos mecanismos de comunicación e interacción. 

Porque el desafío ha requerido precisamente esto: repensar el sistema de salud, las políticas públicas, el manejo de los recursos, el rol de la sociedad civil, la participación del sector privado, la atención a la continuidad de la educación en todos sus niveles, entre muchos otros aspectos. 

Incluso, más allá de la atención inmediata a esta Pandemia vía vacunación o creación de tratamientos novedosos, ha sido necesario considerar el abordaje de aquello que está detrás o en la base de este acontecimiento: el cambio climático, los patrones de consumo y el estilo de vida de la humanidad. 

Estos son los retos de los tiempos que corren y la Innovación Social Abierta ofrece un camino visible, a la vez inspirador y práctico, para la transformación social en el proceso activo a favor del desarrollo sostenible. 

Funcionarios públicos, autoridades, compañías, fundaciones, filántropos y ciudadanos participaron en el hackaton y los programas de apoyo, ofreciendo servicios pro bono, conocimientos, tiempo e incluso oportunidades de financiamiento. (Mair & Gegenhuber, 2021)

Esto es la Innovación Social Abierta, un abordaje participativo y que convoca a todas las personas, grupos y organizaciones, de sectores tradicionalmente separados, para trabajar cooperativamente en procesos creativos para la acción colectiva. Todo ello con un apoyo importante en las tecnologías digitales.

Peña‐López, I. (2014). Innovación social abierta: la organización política como plataforma. Actas de las III Jornadas Internacionales de Comunicación y Sociedad: Comunicación por el cambio social. Girona: Universitat de Girona.

Mair Johanna y Thomas Gegenhuber. Innovación Social Abierta. Standford Social Innovation Review. Otoño, 2021, vol. 19, No. 4. Págs. 26-36. 

En alianza con la Fundación Planta de Generación de Energía Social, presentamos este Diplomado en Innovación Social.

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